Documental: La obsolescencia programada: comprar, usar y tirar.
Tiene Foucault un libro dentro de su investigación sobre la genealogía de los conceptos y los afectos llamado "la arqueología del saber". El ejercicio que él se propone ahí no es muy distinto del que se nos propone en esta lección del día 12: imagina que quisieras saber qué pasa en el mundo que te rodea y que comenzaras una investigación que fuera a la raíz misma de las cosas. Imagina que te preguntaras un día por qué nosotros, tan europeos, tan posmodenos, seguimos teniendo ciertas concepcíones "aparentemente naturales" sobre el sexo o el poder. Foucault propone una investigación de la historia de los conceptos que nos lleve a conocer el origen de nuestro sistema de pensamiento.
Algo parecido se nos propone aquí: un método que nos lleve a conocer las raíces de nuestro sistema de vida y de consumo. ¿Cómo es posible que hayamos pasado de la edad de la renovación a la edad de la innovación? qué ha motivado ese cambio en nuestros hábitos de consumo, en nuestra forma de relacionarnos con los objetos, en nuestra pregunta sobre el origen de las cosas y su proceso de transformación?
Recuerdo todavía la imagen de mi abuela enrrollando el cordelito que envolvía el paquete de pasteles para guardarlo en un cajón. Nunca sabes para qué puede servir. Y sin embargo una actitud como esa resulta inimaginable ya siquiera para la generación de nuestros padres.
Investiguemos pues, hagámos arqueología de nuestro tiempo y de nuestra relación de consumo acelerado de las cosas. Parece que la labor del arqúeólogo es preguntarse por el origen de la tecnología (aunque no parece algo fácil, desde Aristóteles que venimos dándole vueltas a qué deba ser una cosa y todavía nadie se ha aclarado del todo...). Se nos dice que la tecnología debe ser una de las tres herramientas, junto con la cultura y la educación que ayude a la difusión del conocimiento, y sin embargo, por el propio nombre, se vislumbra que es una estructura autónoma. Todo lo que tiene la razón de su ser, su logos, en sí mismo, no puede someterse al servicio de otras entidades. La tecnología produce sus propios mecanismos y canales, sus propios movimientos y fuerzas económicas sociales y políticas. Y los arqueólogos deben ser conscientes de que las condiciones de mundo que ha creado la tecnología digital llevan a un mundo de obsolescencia, al igual que la invención de la escritura llevó a la "obsolescencia" de la memoria.
Toda tecnología transforma su mundo y puede que el futuro del nuestro pase por una aceleración del consumo que solo se paralice cuando no haya más soportes. Cuando el cuerpo mismo sea el soporte y la tecnología esté integrada orgánicamente en nuestros tejidos. Carne y logos, exactamente igual que al principio de los tiempos.
Interesante reflexión, Cayetana... Estoy de acuerdo contigo en prácticamente todo lo que comentas. Un abrazo!
ResponderEliminarCayetana, este artículo -muy sugestivo por cierto- aporta una visión crítica de nuestro tiempo y nuestros modos de vida que me despertaron nuevas reflexiones. Hemos compartido un mismo material audiovisual para partir hacia diversas ópticas de un mismo fenómeno. Eso es enriquecedor.
ResponderEliminarPD: Disculpas me olvidé firmar el comentario.
ResponderEliminarYelly